Migrar no es solo cambiar de lugar: es transformar tu vida.
Es llevar contigo sueños, miedos y una mochila invisible llena de preguntas:
¿Lograré adaptarme? ¿Extrañaré demasiado?
¿Encontraré mi lugar?
A veces es una elección llena de esperanza; otras, una necesidad para sobrevivir.
Pero siempre es un viaje que revoluciona tu mente, tus emociones y hasta tu forma de entender el mundo.
No estás sol@ en esto
Te sentís triste, desanimado o sin ganas de hacer nada.
Estás irritable, con ganas de llorar o con emociones que no podés controlar.
Te cuesta concentrarte, tomar decisiones o avanzar con tus proyectos.
Extrañas demasiado a tu familia y te sentís culpable por no estar con ellos.
Sentís que nadie te entiende, te cuesta hacer nuevos vínculos.
No dormís bien, tenés dolores físicos o molestias sin explicación médica.
Discutís mucho con tu pareja o te cuesta conectar con tus hijos.
Perdiste el interés sexual.
Sufriste una pérdida reciente y no logras superar la tristeza.
Si varias de estas situaciones te son familiares, puede ser momento de pedir ayuda.
Cambiar de país también implica rearmar tu vida profesional. Tal vez tu trabajo en tu país te daba identidad, estabilidad y seguridad, y ahora sentís que perdiste ese eje. La incertidumbre, la necesidad de reinventarte o de encontrar oportunidades laborales en un nuevo contexto puede generar ansiedad, desorientación y baja autoestima.
A través de la terapia podés encontrar claridad, contención y herramientas para repensar tu futuro laboral en el nuevo país.
Migrar en pareja puede ser tan desafiante como hacerlo en soledad. Cada uno transita su propio proceso y eso puede generar tensiones, incomunicación o nuevas necesidades en el vínculo. Tal vez están empezando de cero juntos o conociste a tu pareja en el nuevo país y la relación está atravesada por diferencias culturales que impliquen criterios, formas y tiempos diferentes.
Sea cual sea la situación, el acompañamiento terapéutico puede ayudarles a reconstruir el diálogo, adaptarse como equipo y fortalecer el vínculo.
Ser mamá en otro país implica mucho más que un cambio de geografía. La falta de redes de apoyo, el cansancio, la soledad o la sobrecarga pueden hacer que te sientas emocionalmente desbordada.
Si estás embarazada o si tu bebé ya nació, contar con un espacio terapéutico te puede ayudar a ordenar emociones, ganar confianza y sentirte menos sola en este proceso tan importante.
¿Sentís que no terminás de adaptarte? ¿Que perdiste seguridad, energía o motivación desde que emigraste? La sensación de no pertenecer, el esfuerzo constante por encajar, o la dificultad para hacer nuevos vínculos pueden generar tristeza, ansiedad o incluso síntomas físicos.
En estos casos, la terapia online para migrantes puede ayudarte a recuperar el equilibrio emocional, resignificar tu experiencia y fortalecer tu bienestar en el nuevo entorno.
Entiendo que migrar implica desafíos económicos. Por eso, quiero que el acceso a terapia sea claro y sencillo:
Tarifas
Entrevista inicial
U$S
15
de 30 minutos
Sesión individual
U$S
45
de 50' a 1 hora
5 sesiones
U$S
40
Total U$S 200.-
(50' a 1 hora)
No estás sol@
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